A toda la sociedad mexicana,

México está en una crisis de derechos humanos, basta recordar los 9 o 10 feminicidios que ocurren a diario y el actuar del crimen organizado el pasado 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa.

Mientras el fuego cruzado tomaba las calles de Culiacán, profesionistas de una organización civil protegieron y contuvieron emocionalmente a mujeres, niñas y niños víctimas de las violencias machistas que estaban recibiendo atención integral en un espacio seguro. Mantuvieron la fortaleza y priorizaron la vida de las otras personas porque son defensoras de DDHH apasionadas y comprometidas con su labor.

Diversas OSC hemos realizado estas acciones buscando el ejercicio pleno de los derechos humanos de todas las mujeres, nos une, me une el compromiso por hacer realidad el acceso a la justicia, promover una sociedad donde las violencias machistas, las desigualdades y discriminaciones no tengan cabida.

Desde la Red Nacional de Refugios, AC, nos hemos sumado a este esfuerzo por más de 19 años, demostrando la importancia de trabajar con otras organizaciones.

Creo y creemos firmemente en la suma de acciones, en la articulación de esfuerzos, pensar que una sola instancia o una persona pueden resolver una problemática social como el grave problema de las violencias contra las mujeres es irreal y fuera de toda mirada feminista y democrática.

En la RNR, no sólo estamos comprometidas a trabajar coordinada y corresponsablemente con los tres órdenes de gobierno y con todos los sectores de la sociedad, sino que lo hemos demostrado y los resultados son palpables. Promovemos la democracia y, por lo tanto, consideramos igualmente valiosos los disensos como los consensos, siendo ambos la esencia de la libertad.

Mi derecho a disentir, al uso de la voz y mi capacidad analítica, son algo a lo que no pretendo renunciar y que cultivo día a día. A su vez, entiendo y respeto que esto puede generar opiniones particulares y muchas veces subjetivas.

Durante el conversatorio del pasado 14 de octubre dirigido a organizaciones que operan refugios para mujeres convocado por la Secretaría de Gobernación, al que acudieron representantes de diversas instancias gubernamentales y de diversos refugios para mujeres a nivel nacional, ejercí mi derecho a la voz, hablé de forma contundente, directa y clara como siempre lo hago, expresando mis disidencias, pero sobre todo mis inquietudes ante la propuesta nacional presentada, lo cual no es sinónimo de ironía ni de burla.

Antes del mes de marzo del año en curso, ni quien aquí suscribe ni las integrantes de la RNR teníamos conocimiento de ningún modelo ni de las “unidades de atención multiagencial de los municipios Santa Catarina y Apodaca en Nuevo León”, y dado que no tenía esta información no pude solicitarle a nadie que presentara ese modelo al “interior para que más asociaciones lo replicaran”, de hecho, el 90% de las integrantes activas que hoy conforman la RNR desconocen dicho modelo, y tienen infinidad de dudas, muchas de ellas han sido planteadas sin obtener respuestas claras. Siempre lo he dicho: la información da poder.

La labor de la RNR se ha fortalecido desde hace muchos años, y la actividad de su dirección ha dejado de ceñirse a actividades administrativas como en sus inicios, hoy día, como lo prueban nuestros programas y sobre todo las mujeres beneficiarias de nuestros servicios, otorgamos atención directa a mujeres, niñas, niños y adolescentes víctimas de violencias a través de una línea de atención de emergencia 24 horas los 365 días del año, atención integral en nuestro centro de empoderamiento, acciones de prevención, acompañamiento a las mujeres y sus hijas e hijos a un refugio,

entre otras acciones realizadas por quienes integramos la Dirección de la RNR, profesionales con experiencia comprobada de varios años en este tipo de atenciones, así como en la operatividad dentro de Refugios y Centros Externos.

Durante varios años muchísimas personas, en su mayoría mujeres, hemos realizado el cabildeo de recursos para los refugios, a quienes reconozco su andar, teniendo el placer de coincidir con varias en esta acción: defensoras de DDHH, activistas, académicas, servidoras públicas, legisladoras etc., omitiré dar nombres porque no creo, desde mi derecho a disentir, que nadie sea punta de lanza en un camino recorrido desde hace muchos años por diversos movimientos de mujeres, sería no sororal de mi parte centrar en una sola persona estos logros.

La sororidad no implica estar de acuerdo con todo lo que una mujer hace o dice, la sororidad es la relación entre mujeres que tiene como uno de sus principios la suma de acciones para la eliminación social de todas las formas de opresión contra las mujeres, desmontar el patriarcado desde el reconocimiento de las otras en todas sus diversidades, buscando la igualdad sustantiva y el empoderamiento de las mujeres, esto, basado en la verdad y no en supuestos.

Sigo abrigando la sororidad, unidad y la democracia, continúo creyendo que podemos construir en colectivo y crear espacios donde la verdad impere, el uso de nuestras voces se escuche, se respete desde la diversidad, y en esta diversidad encontrar los puntos de coincidencia siempre teniendo como eje de actuación el ejercicio pleno de los derechos humanos, entre ellos el derecho de todas las mujeres a vivir libres de violencias y a la seguridad integral, reconociendo las necesidades reales de las mujeres como sujetas y ciudadanas de derechos y manteniendo nuestra autonomía como Organizaciones de la sociedad civil parte fundamental de la democracia de un país.

Hoy, las situaciones de violencias contra las mujeres, niñas y niños nos demandan enfocarnos al desarrollo de estrategias garantes de la seguridad integral y el acceso a la justicia de todas las mujeres. Desde la RNR y como activista defensora de los derechos humanos, ratificamos nuestra apertura de sumar, compartir y construir en colectivo desde el diálogo horizontal, la información certera, la escucha activa e incluyente de todas las voces plasmándolas realmente en los programas propuestos, ratifico nuestro interés palpable de trabajar conjuntamente y diseñar una estrategia que contemple estos aspectos.

El registro que realizamos el día 14 de octubre en SEGOB para participar en las mesas de trabajo que se desarrollarán para seguir analizando la estrategia planteada es prueba de ello. De hecho hago pública y extensiva la invitación a no solo analizar la estrategia planteada sino ir más allá y analizar cuál sería la mejor estrategia nacional para garantizar la seguridad integral de las mujeres que contemple lo que no existe y no se ha hecho por años en el tema de protección de los derechos humanos y una vida libre de violencias para las mujeres, niñas, niños y adolescentes cuyos derechos han sido protegidos en un Refugio.

Me parece que este cambio de gobierno puede significar una maravillosa oportunidad para poder plasmar en una política de estado acciones para saldar aquellas deudas que el gobierno mexicano tiene con las mujeres víctimas de violencias de género.

Las personas somos pasajeras en los espacios que habitamos, pensemos en construir y dejar acciones que trasciendan en pro de más del 50% de la población mexicana, esa es nuestra visión y nuestro compromiso, el cual estoy segura que también muchas de ustedes comparten.

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