Desde la Red Nacional de Refugios, A.C., alzamos la voz, una vez más, para exigir al Estado mexicano que deje de invisibilizar a quienes día a día sostenemos la vida de mujeres, niñas y niños que enfrentan violencias machistas.

Quienes integramos esta Red nacional feminista acompañamos, protegemos y transformamos el dolor en dignidad desde hace más de dos décadas. Somos parte esencial del sistema de atención a las violencias, aunque el Estado insista en tratarnos como actoras secundarias. En los últimos seis años, la Red Nacional de Refugios salvó la vida de 190 mil 140 mujeres, niñas y niños en México.

A pesar de nuestras solicitudes de reunión, comunicaciones formales y mensajes directos, la Secretaría de las Mujeres no ha respondido sobre temas urgentes: la publicación de la segunda convocatoria de subsidios, el pago completo de honorarios y la realización de mesas de trabajo que garanticen la operación de los refugios.

Mientras se anuncian foros, se inauguran espacios sin estrategia ni sostenibilidad y se llenan discursos con promesas, los refugios seguimos resistiendo sin certezas, sin respuestas y con presupuestos que llegan a cuentagotas —cuando llegan. Esta omisión no es técnica: es política. Y tiene consecuencias reales en la vida de miles de mujeres, niñas y niños.

El presupuesto a refugios no solo se ha estancado desde el sexenio pasado: en 2025 se redujo un 4.3% (21.8 millones de pesos menos). El gobierno actual ha debilitado estos espacios de protección a través del silencio institucional, la falta de diálogo y la persecución a quienes denunciamos. La entrega fragmentada del presupuesto y la ausencia de voluntad política son decisiones que perpetúan la violencia institucional.

Cada año, los procesos para acceder a recursos son más lentos y burocráticos. Y cada año, las redes feministas tenemos que hacer más con menos. La dilación institucional no es neutral: impacta directamente en la protección, la atención integral y las posibilidades de vida de miles de mujeres y sus hijas e hijos. El silencio del Estado también es violencia.

La CEDAW lo reafirmó en julio: la violencia contra las mujeres es una realidad estructural en México. Frente a esta emergencia no bastan discursos: se requieren acciones concretas, presupuestos garantes y voluntad política real.

Los refugios no pueden seguir dependiendo de convocatorias temporales o de intereses partidistas. Deben ser política de Estado, respaldada por un compromiso sostenido. La vida de las mujeres no es negociable.

Exigimos

  • Respuestas claras y públicas.
  • Voluntad política real y sostenida.
  • Pago íntegro de honorarios por los 10 meses trabajados, conforme a los lineamientos.
  • Entrega inmediata del presupuesto asignado a todos los Refugios y Centros de Atención Externa.
  • Publicación urgente de la segunda convocatoria del Programa.
  • Presupuesto garante y progresivo 2026 para Refugios y Centros de Atención Externa.
  • Diálogo permanente, feminista y respetuoso, desde el reconocimiento pleno de nuestras voces y trayectoria.

Llamamos a las organizaciones, medios y organismos nacionales e internacionales reunidos en la CEPAL a no legitimar la simulación. Les instamos a ser vigilantes de nuestras demandas y de una realidad que el Estado mexicano pretende ocultar. El silencio también es violencia.

Es momento de actuar con valentía y determinación. Sin refugios no hay justicia; sin justicia, no hay derecho a vivir libres de violencia. Firmamos, con la fuerza y experiencia de más de dos décadas defendiendo la vida y los derechos de las mujeres, niñas y niños en México

Red Nacional de Refugios, A.C.

12/08/2025